El nen adoptat: fases evolutives en les noves relacions.

Aquest cap de setmana passat vam assistir a la “I Jornada d’adopció i escola”.

Catalunya té més de 16.000 nens adoptats en l’actualitat.

“L’adopció és una mesura de protecció a la infància en desemparament.

En tot infant adoptat hi ha una història prèvia de pèrdua. Les persones que l’han engendrat no han pogut o volgut criar-lo. Això genera un dolor, que cal acompanyar, i pot comportar inseguretat personal, sobretot en circumstancials i canvis vitals: quedar-se amb un cangur, l’inici de l’escola, l’adolescència, etc.

S’observen sovint diferents fases en les noves relacions que estableixen els infants adoptats:

La fase inicial de relació (amb els pares o els mestres), anomenada lluna de mel, que és d’adaptació (l’infant busca l’aprovació de les persones adultes).

La fase regressiva, en què l’infant necessita recuperar fases anterior (fa la pipa, vol anar a coll…).

La fase conflictiva, en què posa a prova la seguretat i fortalesa del vincle afectiu dels adults amb rebequeries i conductes desafiants.

L’infant adoptat pot haver patit experiències negatives que li dificulten l’establiment de vincles segurs, i és a partir d’aquest fet que hem d’interpretar conductes i establir suports.”

“L’adopció a l’escola – ADDIF (Associació en defensa del dret de la infància a la família)”

NensAdoptats

Avances en el estudio sobre percepción y orientación espacial.

Los trastornos viso-espaciales constituyen patologías que tratamos en nuestro Centro, diagnosticándolas e interviniendo terapéuticamente, ya que suelen encontrarse en dificultades de aprendizaje y en deterioro cognitivo (memoria, pensamiento, planificación). Afectan tanto a niños como a adultos.

Hoy nos hacemos eco de los hallazgos de los Premio Nobel en Medicina 2014, el estadounidense John O’Keefe y el matrimonio noruego May Britt Moser y Edvard I, Moser, al haber descubierto el funcionamiento de las neuronas que nos ubican y orientan en el espacio, cual un GPS interno.

Compartimos información del diario “La Vanguardia” 7/10/2014.

(los destacados son nuestros)

“Los descubrimientos de John O’Keefe, May-Britt Moser y Edvard Moser han resuelto un problema que ha ocupado a filósofos y científicos durante siglos: ¿cómo crea el cerebro un mapa del espacio que nos rodea y cómo podemos abrirnos camino en un entorno complejo?”, ha destacado el Instituto Karolinska, subrayando que “el sentido del lugar y la capacidad de movernos son fundamentales para nuestra existencia”.
O’Keefe descubrió en 1971 el primer componente de este sistema de posicionamiento tras detectar un tipo de célula nerviosa en el hipocampo que siempre estaba activa cuando una rata se encontraba en un determinado lugar en una sala.

Otras células nerviosas eran activadas cuando la rata se encontraba en otros lugares. Esto le permitió llegar a la conclusión de que estas “células de lugar” formaban un mapa de la habitación.

En 2005, el matrimonio Moser, el quinto en ser galardonado con un premio Nobel, descubrió otro componente clave del sistema de posicionamiento del cerebro tras identificar otro tipo de célula nerviosa, que bautizaron como “célula cuadrícula”, que genera un sistema de coordenadas y permite el posicionamiento preciso.

Su investigación posterior, según ha explicado el Instituto Karolinska, mostró cómo las células de lugar y las células cuadrícula permite determinar la posición y navegar a las personas.

El laureado descubrió en 1971 que un tipo de células nerviosas en el hipocampo siempre se activaban cuando una rata se encontraba en un lugar determinado de una habitación y que otras lo hacían cuando el animal estaba en otro punto.
A partir de esta constatación y fascinado por la cuestión de cómo el cerebro controla el comportamiento, planteó que estas “células de lugar” constituyen un mapa interno del entorno.
Durante toda su carrera, O’Keefe ha estudiado el hipocampo y su papel en la memoria espacial y la orientación, cuya pérdida es significativa en trastornos como el Alzheimer.
Su descubrimiento de que el hipocampo contiene neuronas que codifican la localización determinada de un animal le hizo merecedor este año también, junto a Marcus E. Raichle y Brenda Milner, del Premio Kavli de Neurociencia.
May-Britt Moser nació en 1963 en Fosnavåg, Noruega, estudió psicología en la Universidad de Oslo junto a su futuro marido y también premiado hoy con el Nobel, Edvard Moser, y se doctoró en neurofisiología en 1995.

En 2005, más de tres décadas después del hallazgo de O’Keefe, May-Britt y Edvard I. Moser descubrieron “otro componente clave” del sistema de posicionamiento del cerebro, al identificar otras células nerviosas que generaban un sistema coordinado y permitían de forma precisa situarse en el espacio.

O’Keefe y el matrimonio Moser fueron galardonados en 2013 con el Premio Horwitz de la Universidad de Columbia (EE. UU.) por sus trabajo, realizado en animales, que “podría conducir a nuevos tratamientos contra el Alzheimer y otros trastornos neurológicos que podrían afectar a las capacidades espaciales del cerebro”, según dicho centro académico.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20141006/54416793641/nobel-medicina-2014-o-keefe-moser.html#ixzz3FS4b7cEP

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