TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL LENGUAJE (TEL): UNIFICACIÓN DE CRITERIOS PARA DIAGNOSTICARLOS

 

habla

Desde la aparición del  DSM-5, que sólo considera el trastorno del lenguaje dentro de los “trastornos del desarrollo neurológico”, ha surgido un debate entre la comunidad internacional para referirse a los TEL.

Surgen por ejemplo denominaciones como “trastorno del lenguaje”, “trastorno primario del lenguaje”, “trastorno del desarrollo del lenguaje”,  “trastorno específico del lenguaje”, “trastorno del espectro del lenguaje”, “disfasia”…

El Comité de expertos de AELFA-IF considera que se debe mantener el término de Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL) por las siguientes razones:

  • Dicha denominación tiene una mayor aceptación.
  • Tiene un mayor número de entradas en la búsqueda bibliográfica.
  • Indica una mejor definición de la población afectada.

Se propone por parte del Comité, la exclusión en el diagnóstico de TEL a la discapacidad cognitiva, al autismo,  a las lesiones neurológicas y la sordera.

En cambio, sí incluye en la denominación de TEL a los trastornos comórbidos  como son el TDAH, dislexia y trastorno del procesamiento auditivo (TPA), siempre teniendo en cuenta a la hora de los diagnósticos, que  el lenguaje ha de ser la parte principal afectada.

El Comité aconseja también, marcar el límite de inteligencia en un CI no verbal mínimo de 75 y no el utilizado actualmente de 85. Con este criterio, se considera que entrarían dentro del diagnóstico de TEL, niños con trastornos importantes del lenguaje que no llegan a un CI no verbal de 85.

Se recomienda utilizar más de una prueba para efectuar el diagnóstico de TEL. Esto es para evitar diagnosticar con un único test que pueda evaluar solamente una parte de la dimensión lingüística. Por lo tanto para diagnosticar un TEL, se requiere  que la puntuación obtenida esté por debajo del corte de las pruebas morfosintácticas al igual que las pruebas fonológicas (fonológico-sintáctico) y las semánticas (léxico-sintáctico).

En los niños más pequeños, se recomienda repetir la evaluación a los 6 meses para afirmar o descartar el trastorno, viendo también la evolución en la intervención terapéutica realizada. En niños de 3 años es muy difícil diagnosticar un TEL, en cambio, a los 4 años sí se puede hablar de “posible TEL”, para afirmar o descartar a los 5 años.

De la clasificación  de Rapin y Allen (1983, 1987), referencial en el tema, quedarían excluidas del diagnóstico de TEL la “dispraxia verbal”, “déficit de programación fonológica”, “agnosia auditivo verbal” y “déficit semántico-pragmático”.

Se  mantienen, entonces como TEL los subtipos “déficit fonológico-sintáctico” y “déficit sintáctico-semántico”.

En consecuencia, se entiende por  TEL:

“Alteración significativa en la adquisición y desarrollo del lenguaje, que no está justificada por ninguna causa física, neurológica, intelectual ni sensorial, en unas condiciones adecuadas”.

Extraído de la Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología – Aelfa-if  Volumen 35 Número 4 – Octubre-Diciembre 2015

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